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Orden de Predicadores y el Museo Histórico Dominico

La Orden de Predicadores, conocida como los dominicos, es una orden mendicante de la iglesia católica, cuyo fundador es Santo Domingo de Guzmán, nacido en Caleruega en 1170 y fallecido en Bolonia en 1221, quien organizó a la primera comunidad de “hermanos predicadores” como se les llamó en un comienzo en la ciudad de Tolosa, mientras se realizaba la cruzada albigense, la cual se componía de 16 integrantes los que se regían por la regla de San Agustín practicando una espiritualidad tanto monástica como apostólica. La novedad que presentaba la fundación estaba en que para la época los religiosos se dedicaban a vivir en sus monasterios y no a predicar, ya que esta labor era realizada por los obispos.

La Orden fue confirmada como tal por el papa Honorio III el 22 de diciembre de 1216 a través de la bula Religiosam Vitam y al tiempo Domingo de Guzmán decide dispersar al grupo enviándolos a distintos lugares de Europa como Paris y Bolonia en donde se encontraban las universidades de la época.

La orden llega a Santiago en 1552 para ayudar en la instrucción y protección de indígenas y españoles en las misiones del sur a solicitud de Pedro de Valdivia quien le escribió al rey solicitándole le concediese religiosos para su Gobernación. Ante esta solicitud, en 1557 llega Fray Gil González de San Nicolás como consejero del nuevo gobernador García Hurtado de Mendoza y posteriormente se le unirían tres frailes más, siendo estos cuatro religiosos los que asentarán de forma oficial la Orden en Chile.

La Primera casa religiosa que fundaron se ubicó en la actual calle Santo Domingo, denominada Nuestra Señora del Rosario de Santiago, la que cambió su estatus a convento cuando en 1588 los territorios chilenos se convierten en la Provincia de San Lorenzo Mártir, dejando de estar bajo el amparo del Virreinato Peruano.

Durante el siglo XVII la Orden se dedicó a la atención de la Universidad Santo Tomás de Aquino, autorizada a ser fundada en el Reino de Chile por el rey Felipe III y el Papa Pablo V, donde se otorgaban diferentes grados en Teología y Artes, así como también se preocupaban de las escuelas rurales y parroquias de campo que mantenían a lo largo de todo el país.

Será durante el siglo XVIII cuando fundaron en los terrenos cercanos al Cerro Blanco, sector conocido como La Chimba, el Convento e Iglesia de la Recoleta Dominica, cuyos primeros claustros eran muy sencillos, realizados en adobe, lo que se remodeló en el siglo XIX construyendo el nuevo templo.

Es en este lugar donde actualmente se encuentra emplazado el Centro Patrimonial Recoleta Dominica, así como el Museo Histórico Dominico, el cual abrió sus puertas al público en el 2005, con una colección que se conformó gracias a un convenio entre la Orden de Predicadores y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) con el fin de poner a disposición del público el patrimonio que los dominicos atesoraron por más de 200 años, conservando y difundiendo los bienes muebles legados por la orden para dar cuenta de la vida de los sacerdotes, la obra educativa y religiosa realizada en Chile y América Latina.

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